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domingo, 10 de julio de 2016

Argentina de América

Hace ya  dos siglos nuestro país comenzaba su historia como Nación independiente y soberana. A menudo, cuando nos referimos a los acontecimientos históricos, éstos suelen parecernos lejanos y distantes, sin embargo, al recordar las circunstancias que rodearon los sucesos de 1816, tal vez podamos encontrar un punto en común con nuestra realidad actual.
Recordemos que en 1816, nuestro país no pasaba por un buen momento ni en lo económico, ni en lo político. Por otra parte, existía la amenaza permanente de una mayor penetración de tropas españolas que luchaban por mantener su poder.
También existían conflictos internos porque no se llegaba a un consenso respecto al sistema político que se debería implementar. Pero sin embargo, pese a los numerosos desacuerdos y a todos los inconvenientes, los congresistas reunidos en Tucumán optaron por declarar solemnemente la independencia respecto de España.
La mañana del 9 de julio de 1816, cuando Juan José Paso, luego de leer la proposición dentro de un clima de gran expectativa, preguntó a los diputados si deseaban que las provincias de la Unión conformaran una nación libre e independiente de los Reyes de España, los congresistas, más allá de los desacuerdos, respondieron afirmativamente con una aclamación cerrada y luego, individualmente, ratificaron la aprobación.
Este consenso unánime respecto a la declaración de la independencia, nos hace reflexionar sobre la valentía que tuvieron los protagonistas de nuestra historia para hacer frente a sus diferencias personales y a las dificultades que se les presentaban.

¿Qué enseñanza nos dejan los hombres que construyeron nuestro pasado?
Han transcurrido 200 años desde que sucedieron estos acontecimientos y todavía escuchamos decir que somos una nación joven que intenta constituirse a sí misma.
Lejos estamos de haber alcanzado la madurez necesaria para que todos los habitantes de nuestro país puedan vivir con dignidad y de alcanzar el modelo de nación que anhelamos. Pero es fácil responsabilizar a otros de nuestro destino, pensemos al menos por un momento que cada uno de nosotros somos responsables y protagonistas del presente y futuro del país. La historia no la hacen solamente los próceres sino también las personas comunes, como cada uno de nosotros.
Aún estamos a tiempo de revisar nuestras actitudes cotidianas y ser verdaderamente libres. Emulando la valentía de aquellos que decidieron cortar lazos con España para ser responsables de una historia independiente, podríamos asumir verdaderamente nuestro propio destino y construir un país solidario, más honesto, más responsable y justo. Porque la Patria es algo más que un concepto abstracto, es algo que creamos día a día, entre todos.
Recordemos para finalizar algunas estrofas de un poema de Jorge Luis Borges:


"La patria, amigos, es un acto perpetuo
como el perpetuo mundo
Nadie es la patria, pero todos debemos
ser dignos del antiguo juramento
que prestaron aquellos caballeros
de ser lo que ignoraban, argentinos,
de ser lo que serían por el hecho
de haber jurado en esa vieja casa.

Somos el porvenir de esos varones,
la justificación de aquellos muertos;
Nuestro deber es la gloriosa carga
que a nuestra sombra legan esas sombras
que debemos salvar".

Discurso por el Bicentenario de la Independencia Argentina
Prof. Liliana Costas
Escuela de Educ. Especial 34
Gral. San Martín (CABA)

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