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domingo, 31 de agosto de 2014

MILAGRO

1610

El hermano portero abre los ojos, pero esta vez no es la claridad del alba la que, al deslizarse en su celda, pone fin a su corto sueño. Todavía falta una hora para el amanecer y en la ventana las estrellas no han palidecido aún.
El anciano se revuelve en el lecho duro, inquieto. Aguza el oído y se percata de que lo que le ha despertado no es una luz sino una música que viene de la galería conventual. El hermano se frota los ojos y se llega a la puerta de su habitación. Todo calla, como si Buenos Aires fuera una ciudad sepultada bajo la arena hace siglos. Lo único que vive es esa música singular, dulcísima, que ondula dentro del convento franciscano de las Once Mil Vírgenes:
El portero la reconoce o cree reconocerla, mas al punto comprende que se engaña. No, no puede ser el violín del Padre Francisco Solano. El Padre Solano está ahora en Lima, a más de setecientas leguas del Río de la Plata. ¡Y sin embargo…! El hermano hizo el viaje desde España en su compañía, veinte años atrás, y no ha olvidado el son de ese violín. Música de ángeles parecía, cuando el santo varón se sentaba a proa y acariciaba las cuerdas con el arco. Hubo marineros que aseguraron que los peces asomaban las fauces y las aletas, para escucharlo mejor, en la espuma del navío. Y uno contó que una noche había visto una sirena, una verdadera sirena con la cola de escamas y el cabello de líquenes negros, que escoltó por buen espacio a la flota, balanceándose en el oleaje a la cadencia del violín.
Pero esta música debe ser otra, porque el Padre Francisco Solano está en el Perú, y para bajar del Perú a Buenos Aires, en las tardas carretas, se necesita muchísimo tiempo.
¡Y sin embargo, sin embargo…! ¿Quién toca el violín así en esta ciudad? Ninguno. Ninguno sabe, como Solano, arrancar las notas que hacen suspirar y sonreír, que transportan el alma. Los indios del Tucumán abandonaban las flechas, juntaban las manos y acudían a su reclamo milagroso. Y los jaguares de las selvas también, como esos tigres de las pinturas antiguas que van uncidos por guirnaldas a los carros triunfales. El hermano portero ha sido testigo de tales prodigios en San Miguel del Tucumán y en La Rioja, donde florece el naranjo plantado por el taumaturgo.
Es una música indefinible, muy simple, muy fácil, y que empero hace pensar en los instrumentos celestes y en los coros alineados alrededor del Trono divino. Va por el claustro del convento de Buenos Aires, aérea, como una brisa armoniosa, y el hermano portero la sigue, latiéndole el corazón.
En el patio donde se yergue el ciprés que cuida Fray Luis de Bolaños, el espectáculo de encantamiento detiene al hermano lego que se persigna. Ya avanza el mes de julio, pero el aire se embalsama con el olor y la tibieza primaverales. Todo el árbol está colmado de pájaros inmóviles, atentos. El portero distingue la amarilla pechuga del benteveo y la roja del pecho colorado y el luto del tordo y las plumas grises de la calandria y la cresta del cardenal y la cola larga de la tijereta. Nunca ha habido tantos pájaros en el convento de las Once Mil Vírgenes. Los teros se han posado sobre un andamio allí donde prosiguen las obras que Fray Martín Ignacio de Loyola, obispo del Paraguay y sobrino del santo, mandó hacer. Y hay horneros y carpinteros entre las vigas, y charlas y churrinches y zorzales y picaflores y hasta un solemne búho. Escuchan el violín invisible, chispeantes los ojos redondos, quietas las alas. El ciprés semeja un árbol hechizado que diera pájaros por frutos.
La música gira por la galería y más allá el hermano topa con el perro y el gato del convento. Sin mover rabo ni oreja, como dos estatuas egipcias, velan a la entrada de la celda de Fray Luis de Bolaños. Cuelga entre los dos una araña que ha suspendido la labor de la tela para oír la melodía única. Y observa el hermano portero que las bestezuelas que a esa hora circulan por la soledad del claustro han quedado también como fascinadas, como detenidas en su andar por una orden superior. Ahí están los ratoncitos, los sapos doctorales, la lagartija, los insectos de caparazón pardo y verde, los gusanos luminosos y, en un rincón, como si la hubieran embalsamado para un museo, una vizcacha de los campos. Nada se agita, ni un élitro, ni una antena, ni un bigote. Apenas se sabe que viven por el ligero temblor de los buches, por un rápido guiño.
El hermano portero se pellizca para verificar si está soñando. Pero no, no sueña. Y los acordes proceden de la celda de Fray Luis.
El lego empuja la puerta y una nueva maravilla le pasma. Inunda el desnudo aposento un extraño claror. En el medio, sobre el piso de tierra, se recorta la estera de esparto que sirve de lecho al franciscano. Fray Luis de Bolaños se halla en oración, arrobado, y lo estupendo es que no se apoya en el suelo sino flota sobre él, a varios palmos de altura. Su cordón de hilo de chahuar pende en el aire. Así le han visto en otras oportunidades los indios de sus reducciones de Itatí, de Baradero, de Caazapá, de Yaguarón. En torno, como una aureola de música, enroscan su anillo los sones del mismo violín.
El hermano portero cae de hinojos, la frente hundida entre las palmas. De repente cesa el escondido concierto. Alza los ojos el hermano y advierte que Fray Luis está de pie a su lado y que le dice:        
—El santo Padre Francisco Solano ha muerto hoy en el Convento de Jesús, en Lima. Recemos por él.
—Pater Noster… —murmura el lego.
 El frío de julio se cuela ahora por la ventana de la celda. Al callar el violín, el silencio que adormecía a Buenos Aires se rompe con el fragor de las carretas que atruenan la calle, con el tañido de las campanas, con el taconeo de las devotas que acuden a la primera misa muy rebozadas, con las voces de los esclavos que baldean los patios en la casa vecina. Los pájaros se han echado a volar. No regresarán al ciprés de Fray Luis hasta la primavera.

Manuel Mujica Láinez
De  Misteriosa Buenos Aires

Las 5 cosas menos conocidas sobre la sordera

Existen muchos aspectos sobre las personas sordas y su cultura de los que aquellos que no tienen dificultades auditivas probablemente no son conscientes. A continuación, se explican las cinco cosas menos conocidas acerca de la sordera... 

¿Cómo han ayudado los avances tecnológicos a las personas sordas?
No hace mucho tiempo los sordos tenían que utilizar el correo convencional para quedar con alguien para tomar una copa. Por aquel entonces su mayor deseo era que la carta no se perdiera, explicó a la BBC Charlie Swinbourne, periodista sordo y editor de "The Limping Chicken", un blog en el que se tratan temas relacionados con la comunidad sorda desde un punto de vista personal.
Así que la tecnología, comenzando desde el más básico mensaje de texto telefónico, ha eliminado mucha incertidumbre de la vida de las personas sordas.
Veinte años atrás, la mayoría de la gente dependía de las llamadas telefónicas para charlar, hablar en el trabajo o hacer negocios. Eso era un problema para los sordos, ya que para la mayoría es imposible oír una voz a través de una línea telefónica.
En aquel tiempo empezaron a usarse los teléfonos de texto. Estos aparatos envían y reciben mensajes escritos a través de las redes de telecomunicaciones, así que facilitaron mucho la comunicación a aquellos con problemas auditivos.
Asimismo, muchos sordos compraron máquinas de fax para intercambiar mensajes con rapidez.
En esa línea, internet también ha transformado la forma de comunicarse de las personas con sordera. Muchas de ellas usan las Redes Sociales con avidez.
Constituyen grupos y crean eventos o campañas para defender y mejorar sus derechos.
Para aquellos que prefieren el lenguaje de signos, existen los servicios de video en internet. Esta alternativa se utiliza con frecuencia para cuestiones formales, como contactar con compañías y requerir los servicios de éstas.
Por otro lado, los audífonos y los implantes cocleares son cada vez más sofisticados. Estos últimos son aparatos que transforman señales acústicas en eléctricas, para que éstas estimulen el nervio auditivo. Se implantan quirúrgicamente, colocando algunas partes en el interior del cráneo y otras en
el exterior.
Al conectar estos aparatos a teléfonos o reproductores de música por Bluetooth (tecnología inalámbrica para intercambiar datos) el sonido que estos producen puede volverse mucho más claro.
Los inventos más recientes afirman poder interpretar y traducir el lenguaje convencional en idioma de signos automáticamente.

¿Utilizan todos los sordos el lenguaje de señas?
No. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) 360 millones de personas sufren pérdida auditiva en el mundo, pero la Federación Mundial del Sordo estima que son 70 millones los que utilizan el lenguaje de señas como primer idioma o lengua materna.
El Sistema de Señas Internacional lo forman signos consensuados procedentes de diferentes lenguas.
Otros usan la lengua convencional de su país, con ayuda de audífonos o implantes cocleares. Suelen leer los labios y utilizar gestos para explicar los sonidos que de otra forma serían ininteligibles.

¿Son todas las lenguas de señas iguales?
Las lenguas de señas difieren entre sí, tanto en el léxico (conjunto de señas o signos gestuales) como en la gramática.
Además, al igual que las lenguas orales, están sujetas al proceso universal de cambio lingüístico que hace que evolucionen con el tiempo. Así, eventualmente una misma lengua puede evolucionar en lugares diferentes hacia variedades diferentes.
En el caso de los países de habla hispana, donde se usa el alfabeto latino, las personas sordas utilizan un mismo alfabeto manual, común para todos los países, con algunas variaciones en la forma de algunas letras. Pero en el caso de países de habla inglesa, como Reino Unido y Estados Unidos, existen notables diferencias.
Los británicos instruidos en el lenguaje de los signos utilizan el alfabeto bimanual; esto es, usan las dos manos para comunicarse. Los estadounidenses, por su parte, utilizan una sola.
Sin embargo, existe un Sistema de Señas Internacional (SSI), que se puede considerar como un sistema de comunicación formado por señas propias, consensuadas, procedentes de las diferentes lenguas.
Se hace uso de ella en eventos internacionales como Deaflympics, los juegos olímpicos para sordos, para superar las barreras lingüísticas entre los participantes.

¿Es sencillo leer los labios?
Las series televisivas detectivescas muestran a menudo cómo alguien que puede leer los labios aclara un crimen después de descifrar una conversación desde el otro extremo de la habitación, o tras ver una grabación de seguridad.
Pero la verdad es que el 70% de la lectura de labios son conjeturas.
Por lo tanto, es fácil para los sordos confundirse al leer los labios o terminar exhaustos tras haber realizado un gran esfuerzo para concentrarse y seguir los movimientos de la boca de alguien.
La mayoría de las personas sordas tiene una historia que contar acerca de un malentendido que produjo la risa de los de alrededor.
Aunque es una habilidad que mejora con la práctica. Cuanto más se lee los labios, mejor se hace.

¿Cuántos sordos hay en el mundo?
Más de los que la gente cree. La OMS estima que 360 millones de personas sufren pérdida auditiva, 328 millones de adultos y 32 millones de niños, más del 5% de la población mundial.
Según el organismo, pérdida auditiva tienen aquellos que oyen menos de 40 decibelios con el oído bueno, en el caso de los adultos, y 30 decibelios, en el caso de los niños.
La mayoría de estas personas viven en países de renta baja y media.
Aproximadamente un tercio de las personas mayores de 65 años se ven afectados por la pérdida auditiva, dice la Organización Mundial de la Salud. La prevalencia en este grupo de edad es mayor en el sur de Asia, en el Pacífico asiático y en África subsahariana.

Fuente: www.lanacion.com.ar/sinbarreras

Las gemas del Tango Argentino....

"Cafetín de Buenos Aires" interpretado por Edmundo Rivero acompañado por la orquesta de Aníbal Troilo.
Sin palabras......
https://www.youtube.com/watch?v=Y4FYMsFvDT0

jueves, 28 de agosto de 2014

Soneto - de Baldomero Fernández Moreno

Soneto

Ya ves que no te suelto, que me ato
a tu recuerdo rubio y vaporoso,
fugitivo en la calle y silencioso,
yo, que era poderío y arrebato.

Me estiro lo que puedo; dudo y trato
de asir tu traje, por ser tuyo, hermoso;
ceñido siempre y a la vez pomposo,
tentación por aquí y, allí recato.

Mírame en un café de esta plazuela
en que el tránsito al sol crepita y arde
y en la que todo, hasta un tranvía, vuela.

Pienso en ti, en tus ojos, en tu tarde…
Y me quisiera henchir como una vela
y me refugio en mi interior, cobarde.

Baldomero Fernández Moreno

El Té

"El té es una medicina milagrosa para el mantenimiento de la salud.
 Tiene el extraordinario poder de prolongar la vida”.
Así de rotundo se expresa un monje budista en un manuscrito que data del año 1211.
Claro que mucho antes de esa fecha el té ya era utilizado como planta medicinal por chinos e indios. Y hoy es ya la segunda bebida más consumida del mundo después del agua.
En Occidente empieza además a ser valorado por sus propiedades terapéuticas, realmente
 únicas en el reino vegetal. Los más consumidos a este lado del mundo son el té rojo o Pu-Erh –conocido como “el té de los embajadores”- y el té verde.
Del primero –al que la Medicina Tradicional China considera “la bebida de la salud ”- se sabe que es diurético y antibiótico, ayuda a regular el tránsito intestinal, activa el metabolismo del hígado y reduce los niveles del llamado colesterol "malo” y del ácido úrico.
En cuanto al té verde tiene propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas -por su riqueza en catequinas, sustancias que inhiben la uroquinasa , una enzima fundamental para
 el crecimiento tumoral- además de prevenir problemas cardiovasculares y otros trastornos menores. El té es, pues, mucho más que una bebida ritual y milenaria....

Salsa, merengue y derivados......

JOHNNY PACHECO Y CELIO GONZALEZ - EL CIGARRITO
https://www.youtube.com/watch?v=z01piCsFYWk

domingo, 17 de agosto de 2014

San Martín vive en el corazón del pueblo

Este domingo 17 de agosto se cumplen 164 años de la muerte de don José de San Martín.
Me pongo de pie y lo venero. Grande entre los grandes. San Martín vive en el corazón de su pueblo. Es el argentino más amado por todos.
Hablaba un poquito con la zeta producto de los 25 años que pasó entre españoles y, a pedido de la tropa, no era extraño verlo al lado del fogón, cantando y pulsando la guitarra. Se hacía respetar y ejercía el mando con firmeza porque daba el ejemplo de valentía y como estratega. Pero nadie le quitaba el placer de comer un puchero, charlando con el cocinero sobre los secretos de los aromas y los sabores o comer un asado a cielo abierto en plena cordillera de los Andes, mientras la cruzaba en mula, en caballo o en camilla en la más grande epopeya americana que se recuerde.
Solía abrir los bailes con el minué porque era un prócer de carne y hueso. Y algunos dicen que don José tenía fama de don Juan.

Fue un ejemplo de rectitud cívica en tiempos de traiciones, corrupción y contrabando. Enseñó a no discriminar predicando con el ejemplo: creó el regimiento número 8 de los negros y después les dio la libertad tal como se los había prometido a sus queridos faluchos.
Estamos hablando de alguien que como primer acto de gobierno en Perú aseguró libertad de prensa y decretó la libertad de los indios y de los hijos de esclavos y encima redactó el estatuto provisional, un claro antecedente de nuestra constitución tan humillada durante demasiado tiempo.
Su gran preocupación fue no concentrar el poder y por eso creó el Consejo de Estado y se preocupó para que el Poder Judicial fuera realmente independiente. Igualito que ahora ¿No?
Qué bien que nos vendría ahora ese San Martín convencido de que la educación era la forma más profunda de soberanía. Decía que la educación era más poderosa que un ejército para defender la independencia. Es que San Martín era un militar y un guerrero de una capacidad extraordinaria. Pero también un demócrata cabal. El principal lema de la Logia Lautaro que él redactó dice textualmente:
“No reconocerás como gobierno legítimo de la patria sino a aquel que haya sido elegido por la viva y espontánea voluntad del pueblo”.

Las maestras del primario siempre nos recordaron que jamás desenvainó su sable contra sus hermanos ni por razones políticas y eso que varias veces se lo ordenaron. Disciplina si. Obediencia debida no.
En una carta que le mandó al caudillo santafesino Estanislao López, que convendría leer en voz alta a nuestros hijos un par de veces al año le dice: “Divididos seremos esclavos”.
Justo hoy que estamos tan enfrentados, tan fragmentados como sociedad. Justo hoy que la grieta abierta nos llevará años poder cerrar.
San Martín era el que se bancaba con una valentía increíble su solitaria lucha contra el asma y el reuma. El que se levantaba tempranísimo para poder tolerar sus úlceras gástricas que lo llevaban a fumar opio para calmar los terribles dolores que tenía.
Era austero y honrado hasta la obsesión. Incluso le hizo quemar a su esposa Remedios los fastuosos vestidos de París que tenía porque decía que no eran lujos dignos de un militar.
Manejó cataratas de fondos públicos y murió sin un peso, muy lejos de Puerto Madero en todo sentido. En su testamento se negó a todo tipo de funerales. La muerte lo encontró en el exilio, casi ciego.

Hay muchas formas de intentar definirlo en pocas palabras. El Gran Capitán, el Libertador de América o El santo de la espada. Por lejos es el argentino más grande de todos los tiempos. Para mí es el padre de la Patria. Por eso hoy lo necesitamos más que nunca.
¡Qué bien que nos vendría en estos tiempos de cólera su sabiduría y su coraje patriótico!
Qué bien que nos vendría que bajara del bronce o se escapara de los libros para darnos cátedra de cómo ser un buen argentino. Porque todavía vive en el corazón de los argentinos. Porque todavía lo necesitamos para recuperar la confianza en nosotros mismos. Para reafirmar nuestra identidad y para que siga sembrando utopías libertarias en el seno de nuestro pueblo y por todos los rincones de nuestra bendita Argentina. Para que nos siga iluminando aún en los momentos más oscuros.
Es el padre de la patria y nosotros, sus hijos, debemos honrar su memoria tratando de multiplicar sus valores y de construir una Argentina a su imagen y semejanza.
Llegó la hora de ponernos de pie. Ya pasaron 164 años de su muerte. Tenemos que hacernos cargo y juramentarnos. Es la ley de la vida. Sin nuestro padre tenemos que construir una patria justa para nuestros hijos.

Editorial: Alfredo Leuco, "Le doy mi palabra"
Aug 15, 2014 - Radio Mitre