Arturito Búsquedas

jueves, 31 de julio de 2008

Ser divino

Ser divino

No sé bien cómo fue que pasó,
este jaque mate al corazón;
sucumbí ante tu belleza y esplendor,
y a la luz de tus ojos
rendí la razón.

Quiero ser de tus sueños el mejor,
quiero ser en tu vida una necesidad;
panacea contra envidias y dolor,
y sin red jugar a amarnos
con toda pasión.

No sé bien cómo fue que pasó,
este jaque mate del amor;
resquicio de paz en la locura diurna,
deidad, de las noches de mi mente
serás el sol.


Arturo Arias Terceiro
Junio 19 de 1995

Como siento la independencia

La independencia

Sin lugar a dudas, considero que es el estado ideal al que aspira toda persona con ansias de superación.
Sin embargo, podemos ver en muchos casos, que hay gente que malentiende el significado de este vocablo. Sobre todo en nuestra condición; algunos creen que ser independiente implica ir por la vida exhibiendo una suficiencia de todopoderoso, y desdeñando la mano siempre presta a ayudar que se nos pueda acercar.
Y hay de los otros; aquellos que viven pregonando su independencia ignorando que la misma es primero de pensamiento y se trasunta en nuestras obras y acciones, antes que de palabra.
Desde hace ya dieciocho años en que la vida me mostró claramente que la moneda tiene dos caras, comprendí que mi independencia estaba directamente atada a mi sagacidad para no caer en alguno de los dos extremos de los que hablé precedentemente:
-Ni creerme el todopoderoso,
-Ni andar gritando a los cuatro vientos mi independencia, para disfrazar mi absoluta dependencia.
Hay que empezar por no olvidar que si bien uno perdió la vista, sigue siendo una persona. Y como tal, debe ser receptivo, y abrirse a la idea de que la vida continúa y hay que vivirla con calidad.
Hay que ser receptivo para saber aceptar el consejo de ese familiar, amigo, o profesional que nos sugiere explorar y alcanzar todo ese cúmulo de herramientas tan vitales para nuestra rehabilitación y reinserción social.
Haciendo caso a ese consejo o sugerencia, adquiriremos las técnicas y elementos necesarios para un mejor desenvolvimiento en nuestro diario vivir.
Cuando hablo de herramientas o elementos, me refiero por ejemplo al Braille. Sistema de lecto-escritura que me permitió seguir escribiendo y leyendo con absoluta libertad.
Y ni que decir de la Computación. Gracias a ella estoy comunicado con todo el mundo, y lo que es aún mejor, puedo volcar mis conocimientos a favor de mis pares, preparándolos para trabajar libremente con una computadora explotando sus múltiples utilidades.
Obviamente, que toda esa independencia de manejo se vería muy restringida, si no la ayudara con el bastón. Debo admitir que me costó sobremanera amigarme con este adminículo, pero hoy día lo necesito para moverme de un lado a otro para cumplir con mis compromisos.
No soy el más indicado para dar consejos, pero me animo a decir, que poniendo lo mejor de nosotros y aprovechando al máximo todo lo que nos dan las escuelas de rehabilitación, mejoraremos la calidad de vida; crecerán nuestras expectativas; cristalizaremos los sueños más osados, y fundamentalmente, exhibiremos una plena independencia basada en el sentir y la acción, que llenará de orgullo y satisfacción a todos los que nos quieren y con su afecto incondicional, nos dan día a día la fuerza para seguir.

Arturo Arias Terceiro

Para ponerle el ojo

LA CIUDAD QUE NO VEMOS
Ser ciego en Buenos Aires

Veredas rotas, carteles mal colocados, cajones de verdura y rampas mal hechas, son algunos de los obstáculos que enfrentan los no videntes en la ciudad.

Los que ven, no la ven. Es una ciudad con veredas rotas y desniveles, con carteles comerciales ilegales que impiden el paso y provocan accidentes, con rampas en las esquinas que están mal hechas, con baches en los cruces peatonales que además de romper los autos se convierten en obstáculos para más de un 15% de los habitantes de Buenos Aires. Los que, de verdad, no pueden ver.
Después de años de discriminación y de una cultura que los señala como diferentes y excluidos sociales, las personas con alguna discapacidad suelen expresarse con mucha humildad y casi pidiendo perdón porque les hacen falta cosas diferentes, especiales. Necesitan una ciudad sin barreras, algo bastante difícil de conseguir porque exige un cambio cultural y una inversión fuerte por parte del Estado.

Cuando terminó la Segunda Guerra Mundial, el Dr. Richard Hoover diseñó para los veteranos que habían quedado ciegos un bastón blanco que los ayudara a orientarse con autonomía y de manera segura, además de servirles como distintivo. Pero para que las técnicas de uso del bastón den resultados favorables, las ciudades deben ser previsibles: "no tiene que haber obstáculos. No deberían existir los pozos, los cordones o los carteles mal colocados", dijo Antonio Rodríguez Soto, presidente de APAC (Artistas Plásticos Argentinos Ciegos). La imprevisibilidad impide también el uso de perros guía porque éstos están adiestrados para cruzarse delante de la persona ante la inminencia de un obstáculo. "Acá vivirían impidiendo el paso", agregó este sociólogo que quedó completamente ciego después de cumplir los 50 años.

Aunque tiene un resto de visión en un ojo, Analía Zahra enfrenta a diario los mismos problemas que las personas con ceguera total. "Lo primero que me encuentro al salir de mi casa son las veredas rotas y también los carteles que están ubicados a la altura de la cara", contó esta psicóloga de 30 años que intenta recorrer la ciudad por sus propios medios. "Los invito a observar a un ciego por la calle y van a ver que siempre tiene un chichón o una curita que tapa algún golpe por la falta de advertencias de los obstáculos que se presentan del antebrazo para arriba, donde el bastón no los detecta".

La culpa de que existan estos obstáculos no es sólo del gobierno. Son los comerciantes quienes cuelgan carteles, sacan las mesas de los bares o los productos que venden a la vereda (muebles, cajones de verdura, juguetes o ropa) o instalan toldos muy bajos a la altura de la cabeza de la gente. El arreglo de las veredas es responsabilidad del propietario de la casa, a menos que se trate de una ruptura originada por un árbol o por la misma municipalidad. En ese caso debe repararlas el Gobierno de la Ciudad, que también es el responsable de arreglar las veredas de todas las instituciones públicas. Se calcula que en Buenos Aires hay 18 millones de metros cuadrados de veredas, y fuentes del Gobierno de la Ciudad indicaron que para 2004 hay una inversión prevista de 15 millones de pesos para el arreglo de las que están bajo su responsabilidad.

La arquitecta Silvia Coriat explica que para las personas con discapacidad, la esquina es considerada un punto de intersección complejo porque abarca el cruce, la ochava, el tránsito y los semáforos. La información es múltiple y el peligro también.

Las rampas nuevas se están construyendo del ancho de la senda peatonal y alrededor tienen una línea de baldosas que presenta una textura diferente. Hay caminos construídos con esas mismas baldosas de textura diferente que llegan a la pared de los edificios y su función es la de señalar recorridos para los no videntes de acuerdo a las normas IRAM, que son de aplicación voluntaria. "Los ciegos crónicos detectan datos que les anuncian que están llegando a la esquina. Reconocen sonidos diferentes, una brisa distinta, se orientan por la ochava. El bastón brinda información a través de una combinación entre el rebote y el sonido. El cambio de texturas permite rebotes del bastón diferente y es un buen modo de ofrecer información", señaló Coriat.

Una de las técnicas que les enseñan a los ciegos como entrenamiento para usar el bastón es la de caminar en línea recta. Como las rampas rara vez están alineadas, es común que una persona ciega parta de una para cruzar y del otro lado de la calle se encuentre con el cordón u otro obstáculo.
En las esquinas también están los semáforos. En toda la ciudad de Buenos Aires hay apenas nueve para ciegos y uno está en reparación. "Hacer esa cantidad es tirar el dinero, o son todos o ninguno", dijo Rodríguez Soto.

¿Cómo ayudar?

La psicóloga Analía Zahra recomienda preguntarle a la persona ciega qué es lo que necesita. "A veces, la gente en el afán de ayudar ofrece más ayuda de la que necesitás. Para las personas ciegas es importante indicar el modo en que necesitan ser guiadas: "generalmente es el ciego quien debe tomar al guía, que camina un paso adelante, del hombro o del brazo", aconsejó.

Por Julia Tortoriello
Extraído de:
Informedeldia@claringlobal.com.ar

Diabetes -Sintomatología y prevención

Diabetes Mellitus

La diabetes como enfermedad se conoce desde tiempos remotos, ya Hipócrates describía en sus pacientes una alteración en las características organolépticas de la orina de estos, que básicamente poseía un dulzor especial (de allí mellitus=miel).
La importancia en el conocimiento de esta patología radica en su carácter silente, puesto que cuando se diagnostica, muchas veces su instalación precede en años a las manifestaciones signosintomatológicas.
Se trata de una condición patológica que se caracteriza por hiperglucemia (glucosa elevada en sangre) y glucosuria (glucosa elevada en orina) persistentes, además de un complejo de síntomas que traducen un serio desequilibrio metabólico general. Es producida por deficiencia de insulina, que puede ser absoluta, como sucede en la forma clínica tipo I o diabetes juvenil, en la cual hay incapacidad para sintetizar insulina, o relativa, tipo II, que se manifiesta en personas adultas, en las cuales la producción de insulina puede ser normal, o incluso superior a lo normal. En este tipo, la falla reside en los receptores insulínicos, que están disminuidos en número o presentan menor afinidad por la hormona.
Si nos detenemos brevemente en los síntomas, hablamos de las cuatro P, a saber:
Polidipsia: aumento de la sed y del consumo de líquido.
Poliuria: aumento en la cantidad y frecuencia de la micción.
Polifagia: aumento en la ingesta de alimentos.
Pérdida de peso.
Estos síntomas pueden presentarse de forma insidiosa y generalmente los pacientes retrasan la consulta al profesional por minimizar su verdadera importancia.
En referencia a las complicaciones, consecuencia de la falta de tratamiento o lo inadecuado de este, mencionamos a:
Retinopatía Diabética: caracterizada por lesión irreversible de la retina acompañada de disminución de la agudeza visual pudiendo llegar a la ceguera.
Microangiopatía Diabética: trastorno en arterias de pequeño calibre que dificulta la microcirculación en diferentes órganos y porción distal de las extremidades.
Neuropatía Diabética: caracterizada por trastornos en la sensibilidad. Junto con lo anterior pueden configurar el cuadro de Pie Diabético.
Finalmente encontramos a la Cardiopatía que se constituye en la más frecuente de las complicaciones.
Respecto al tratamiento existe básicamente dos enfoques. Por un lado la administración de insulina en reemplazo de la carencia de base. Por el otro se encuentran a los hipoglucemiantes orales que junto con una dieta disminuida en hidratos de carbono y acompañada de actividad física diaria, otorgan buenos resultados y mejoran la calidad de vida.
Con el advenimiento de la decodificación del genoma humano muchos son los estudios que se realizan en pos de detectar fallas genéticas que, corregidas a tiempo, podrían evitar la aparición de la enfermedad. No obstante es menester aclarar que los recursos con los que contamos hoy en día distan mucho de la incorporación de la ingeniería genética para el tratamiento de este mal; no por esto dejan de ser beneficiosos los actuales tratamientos que se utilizan de manera protocolizada en todo el mundo.
La educación sanitaria impone realizar campañas que promuevan el conocimiento de esta enfermedad así como también la importancia de controles periódicos de rutina, las bondades de evitar el sedentarismo y una dieta más saludable.
Prevenir, diagnosticar precozmente y tratar oportunamente...

Dr. Diego Martín Carboni

El tren de las catorce

EL TREN DE LAS CATORCE

Estás en mí,
estás en todos mis rincones,
en el alma de mis escritos,
sos lo único que quiero
para ser feliz.

Soñaré,
que tus sueños en su vuelo,
se entrecruzan con los míos,
y que juntos hacen planes
para ser feliz.
Sólo pienso en ti.

Si quererte es sufrir,
y el amor es dolor,
que dulce y tierno martirio
vivo hoy con ardor.

Voy del cielo al infierno
en una cruel montaña rusa,
añorando tus labios mi musa.

Estás ahí,
en el tren de las catorce,
en esa foto indiscreta,
en las cosas que uno inventa
para ser feliz.

Si la piel,
se te impregna del deseo,
de hacer carne un sentimiento,
de gritar bien desde adentro
quiero ser feliz.
Sólo piensa en mí.

Es tan puro lo que siento,
y tan grande a la vez,
que siendo adulto parezco
un niño con timidez.

Quizás no lo hayas notado,
dejame que lo diga,
tu candor se ha robado mi vida.


ARTURO ARIAS TERCEIRO - DIEGO CARBONI
7 de julio de 1999

Después de todo

Después de todo

Después de todo no es tan malo
exponer la otra mejilla,
pisa firme y hace historia
quien sus miserias derriba.

Al que vive exhibiendo
sus complejos, yo le digo:
dar amor no es más ni menos
que quererse a uno mismo.

Me vi con claridad frente al abismo,
sufrí la oscuridad de los sentidos,
creí que de vivir ya no había modo,
y aquí estoy, después de todo.

Amé a un pimpollo que echó en rosa,
sentí su indiferencia más pasmosa,
hundí todos mis sueños en un pozo,
aún sueño, después de todo.

Conté en la alegría mil amigos,
palpé en la tristeza algo muy distinto,
pedí ayuda, acudieron bien pocos,
doy gracias, después de todo.

Viví la magia sensual de la noche,
perdí mi identidad surcando el día,
crecí, el alma me pide que siga,
yo cumplo, después de todo.

Sigo en pié tras una meta,
abrazado a la vida,
conviviendo con profetas,
buena gente o de avería.

Sensitivos o mediocres
que están muertos por la envidia,
seguiré después de todo,
aunque la suerte sea esquiva.


ARTURO ARIAS TERCEIRO
Julio 19 de 1997

Encuentros cercanos con ciertos tipos

ENCUENTROS CERCANOS CON CIERTOS TIPOS

Epaminondas Spano era una persona feliz. De porte elegante, educado y galante. De casa al trabajo y del trabajo a casa, cotidianamente se lo veía pasar.
Entregado con pasión a la enseñanza, repartía sus horas, instruyendo a domicilio, a adolescentes de la alta sociedad porteña.
Uno de sus alumnos preferidos era Abelardo Lombardi De La Riestra. Lo asombraba, lo sorprendía, lo apasionaba. Vaya si lo apasionaba...
-¡No lo puedo creer! ¡No lo puedo creer! ¡Me va a volver loco! Es increíble. Tanta cabeza, y sólo para llevar pelo.
Para Epaminondas, que el joven Abelardo consiguiera recibirse de Bachiller, se había convertido en una obsesión. Y pese a las evidencias en contrario, con tenacidad y perseverancia, seguía trabajando para ello...
-A ver Abelardo. Vamos a ver, quiero que me des ejemplos de palabras, en las cuales se utilice la diéresis. Vamos Abelardo, te escucho.
-A la orden mi querido profesor. Paragüero, agüita...
-Muy bien, muy bien, adelante Abelardo.
-Cigüeña, sinvergüenza, pingüino...
-¡Excelente! ¡Adelante Abelardo! -Alentaba entusiasmado Epaminondas.
-“güevo”.
-¡Nooo! ¡Por qué no lo paré! ¡Por qué no lo paré! Si venía bien, venía bien. Por qué no lo paré, antes que saliera con alguna burrada.
Lejos de darse por vencido, Epaminondas Spano insistía, y buscaba con algún juego, aguzar el ingenio de su alumno...
-Abelardo, mi querido y rústico Abelardo. Quiero que busques países del mundo, cuyos nombres comiencen con q.
El joven alumno, analizó la consigna. Pensó unos instantes, y dijo:
-Ya está profesor. Encontré dos países.
-¡queé! ¡Coómo! ¡Me querés volver loco! Decime, ¿cuáles son? -Preguntó exaltado Epaminondas.
-Los dos países cuyos nombres comienzan con q son, “Cuba” y “Kuwait”.
Epaminondas a éstas alturas, estaba extenuado. Aunque una bella señorita, de larga cabellera oscura e inquietantes ojos celestes, que entró silenciosamente a la casa, lo revivió repentinamente. Sin mucho protocolo, el profesor preguntó:
-¡Abelardo! ¿Quién es esa chica?
-¿Esa que entró? Es mi hermana Graciela. Es médica traumatóloga, y seguramente viene de pasar veinticuatro horas de guardia.
-Seré curioso, ¿es casada?
-¡Qué va a ser casada profesor! Es muy avinagrada. Así como usted -Decía Abelardo, al tiempo que se reía socarronamente.
Desde ese momento, había cambiado el brillo en los ojos del querido Epaminondas. No eran los lentes de contacto no. Era el amor que lo había alcanzado. Un amor envolvente, que hacía surgir el otro yo de Epaminondas Spano. El lujurioso, el depravado. El que debía levantarse varias veces en la noche, para lavarse la cara, y refrescarse las orejas.
La rutinaria y monótona vida del profesor Spano, tenía un nuevo condimento. Pese a lo impenetrable que resultaba ser el cráneo del joven Abelardo, seguía demostrando su predilección por él. Y sobre todo, por las informaciones que éste le solía dar sobre su hermana Graciela.
Mayúscula fue la sorpresa y la alegría de Epaminondas, cuando se enteró que la doctora Graciela Lombardi De La Riestra, se había mudado a un departamento, ubicado en el segundo piso del edificio que se encontraba frente al suyo.
Junto a la ventana, con los prismáticos en la mano, pasaba las horas relevando los movimientos de su amada. Epaminondas Spano, sin lugar a dudas, era una persona feliz...
-Hum, ahí está. ¡Qué bella es! Algo tengo que hacer. Debo encontrar una estrategia eficiente y efectiva para captar su atención. Pero, ¿qué puedo hacer? ¿Hacerme los rulos? ¿Usar anteojos bifocales? Si, algo de eso. Si uso anteojos bifocales, y me dejo una barba candado, voy a parecer todo un intelectual.
Epaminondas iba y venía. Se devanaba los sesos, buscando aquella tan mentada estrategia para acercarse a su dorado amor. Pero el profesor Spano, no estaba solo, y prontamente se lo hicieron saber...
-Calma tu vida un instante querido Epaminondas.
-¡Ehhhh! ¿quién es usted? ¿Cómo entró aquí? ¿Qué quiere de mi? -Preguntó sorprendido Epaminondas.
-No temas, no temas querida criatura. Soy tu padrino secreto.
-¿Padrino secreto?
-Así es estimado Epaminondas. Soy el padrino secreto y bonachón que tiene todo buen hombre. Estoy acá para ayudarte, y hacer realidad tus anhelos.
-Voy a tener que hacerle caso a mi vieja. Ella siempre me dice que no le ponga más moscato al mate.
Epaminondas entornaba sus ojos, los cerraba, los volvía a abrir, pero nada cambiaba. Frente a él, seguía estando aquel misterioso caballero; prolijamente trajeado de negro, con galera al tono, y un bastón dorado, por demás reluciente. Si bien se encontraba bastante confundido, el profesor Spano, decidió tomar el toro por las astas, y dijo:
-Bueno, gracias por venirme a saludar padrino. Debo despedirlo, porque tengo muchos problemas, y no lo puedo atender.
-¡Error! -Replicó el misterioso padrino.
Tenés un solo problema, y yo estoy aquí para ayudarte a solucionarlo.
-Vení flaco vení, sentate y empezá a hablar.
-Tu único problema es como acercarte a la doctora Graciela Lombardi De La Riestra, y yo tengo el método para que ella no se separe más de tu lado. A propósito, ¿qué especialidad ejerce?
-Es traumatóloga, ¿por qué? ¿Qué sugerís?
-Te diré lo que harás. Como toda mujer, a Graciela la deben impactar las emociones fuertes -Decía el padrino, al tiempo que con un movimiento circular de su bastón, hacía aparecer una capa color bermellón.
Por ello, ponte esta capa, asómate a la ventana, y vuela. ¡Vuela a los brazos de tu amada!
-¡Ahh, ya sé! Con esta capa me convierto en algo así como un superhéroe, ¿verdad?
-Si, algo así, mi querida criatura.
-Haré esto, iré volando hasta su ventana, golpearé, y cuando me vea, seguramente, caerá rendida a mis pies.
-¡Vuela Epaminondas vuela! Enfílate hacia los brazos de tu adorada Graciela.
Y Epaminondas enfiló en dirección al balcón de su amada, y llegó rápido. No a la ventana de Graciela, por supuesto que no. Llegó rapidísimo a la acera, desde donde exclamó:
-Este padrino... ¡Es un amigo!
De los doscientos ocho huesos que tiene el cuerpo humano, a Epaminondas sólo le habían quedado sanos media docena. Evidentemente, Epaminondas Spano ya no era una persona feliz.
Sin embargo, el padrino había dicho la verdad, respecto de que la doctora Graciela Lombardi De La Riestra no se iba a separar más de Epaminondas, dado que fue la traumatóloga encargada del recauchutaje óseo de nuestro amigo.
Los amigos de Spano, no entendían absolutamente nada. En los pasillos de la clínica donde lo estaban rearmando, intentaban encontrarle al caso una explicación...
-¿Qué le habrá pasado? ¿Se habrá vuelto loco? -Se preguntaba uno.
-No creo. Yo ya se lo dije, dejá de tomar mate con moscato en ayunas -Señalaba otro.
-Ustedes saben que Spano es un tipo muy extraño. A ver si éste, no es el famoso “hombre gato” que anda robando edificios en el barrio de Belgrano -Reflexionó un tercero.
Entre tantas conjeturas que tejieron sus amigos; hubo uno que parafraseó un adagio tan viejo como cierto:
-“Ojos que no ven, con razón usan lentes”.
No se ría, no se atreva a esbozar tan siquiera una leve sonrisa. Porque usted, al igual que Epaminondas Spano, se halla expuesto a estos encuentros cercanos con ciertos tipos.

Leo Lígori
(1er. premio concurso literario del Rotary Club de once. Año 2000)

El éxito más allá del éxito

El éxito más allá del éxito

Para hablar de ello, deberemos primero precisar cuál es la fuente de la acción humana. Por qué alguien hace tal o cual cosa? De dónde viene la energía que nos mueve a implementar una acción?
La energía que mueve a la acción humana se cimenta sobre dos pilares fundamentales; estos son:
-Los sueños, cuáles son mis ilusiones, deseos, aspiraciones que tengo para mi vida.
-La conciencia de la realidad, dónde estoy parado hoy? Qué debo hacer para transformar mi realidad.
Para asegurarme un éxito trascendental, debo combinar en su justa medida estos dos componentes.
En todas las tradiciones místicas, se afirma que “el ser humano es el espacio de conciencia entre el cielo y la tierra”.
El ser humano para asegurarse el triunfo en sus emprendimientos, debe ser capaz de soportar en su interior, la contraposición entre la verdad que nos toca vivir (plena conciencia de la realidad), y los sueños o ilusiones trascendentes que albergamos en el corazón.
La mayoría de las personas no soportan esta contraposición interna, y se vuelcan hacia uno de los dos estados. Así pues, se vuelven trabajadores rutinarios sin aspiraciones, o bien buscadores espirituales, que al no poder cristalizar sus aspiraciones se sienten frustrados y se cargan de resentimiento.
La dificultad de mantener un equilibrio entre estos dos estados, radica en una inconciencia acerca de qué significa tener éxito.
La posibilidad que ofrece la conciencia del ser humano, es que bajo las condiciones que nos presenta la realidad, es capaz de generar una calidad de vida extraordinaria, ya que no depende ni se basa en los resultados. Nos permite elaborar un proceso momento a momento, de vivir sosteniendo una férrea alineación entre nuestros principios, valores y acciones.
La capacidad de soportar los inconvenientes o tropiezos que se presenten a lo largo del desarrollo de un emprendimiento, será directamente proporcional al éxito incondicional (trascendente) que se obtendrá con su concreción. Este éxito incondicional dependerá entonces, de la responsabilidad incondicional vertida en el proyecto (capacidad de hacer frente a todo impedimento o traspié que se presente).

Cómo ser conciente momento a momento del riesgo de vivir como una ameba (vivir en forma relativa)?
La cultura, las formas que imperan en el orden mundial, tienden a ubicarnos en este estado de cosas, en el cual dejamos de ser incondicionalmente responsables de nuestra vida, y modeladores de nuestro destino. La culpa de todo lo que nos pasa es del otro; en ese momento, debemos detenernos y reflexionar por qué somos o pensamos de esa manera, y tomar la decisión de cambiar.
Esta decisión seguramente acarreará sufrimiento. Este sufrimiento es opcional, porque está directamente relacionado con la forma en que interpretamos el dolor, y es el recordatorio de la posibilidad de renovarse para conseguir así, vivir en una armonía total.

Freddy Cosmen

miércoles, 30 de julio de 2008

Bienvenidos

Hola:
La idea es que este sitio sea de interés para todo aquel que lo visite.
Si querés informarte;
si querés divertirte;
si querés compartir experiencias, y hacer amigos;
si querés opinar....

Eso sí, todo en un marco absoluto de respeto y buen gusto.
No es que uno sea pacato; sólo que si hacemos algo, que no sea más de lo mismo.